Una empresa con ambición tiene que hablar idiomas. Literalmente. Porque en un mundo donde tus clientes pueden estar en Berlín, tus proveedores en Lyon y tus competidores en Nueva Delhi, tener empleados que se manejen sólo en castellano es como intentar correr una maratón con chancletas.
Ahora bien, la pregunta del millón: ¡formarles cuesta un dineral, ¿no?! Pues no. Al menos, no si sabes jugar tus cartas.
Aquí entra en escena FUNDAE. Esa gran desconocida que muchas empresas ignoran, y que otras han convertido en su aliada silenciosa. Porque sí, tus cotizaciones a la Seguridad Social no sólo sirven para pagar bajas y jubilaciones. También pueden convertirse en clases de inglés, francés o alemán para tu plantilla. Y sin que tengas que rascarte el bolsillo más de la cuenta.
¿Te interesa? Sigue leyendo. Porque esto, bien usado, es oro.
Lo que no te han contado (pero deberías saber)
Cada año, las empresas con trabajadores dados de alta en el Régimen General cotizan por formación profesional. Ese dinero no se evapora: se convierte en un crédito. Y si no lo usas, lo pierdes. Así de simple. No hay rollos ni prórrogas ni "a ver si cuela el año que viene". Se esfuma.
Con ese crédito puedes bonificar cursos. De idiomas, de competencias digitales, de lo que tenga sentido para el puesto. Pero si estás leyendo esto, te interesa la parte lingüística. Porque el idioma sigue siendo una de las grandes barreras invisibles de muchas empresas para dar el salto internacional. Y también una de las más fácilmente superables si sabes cómo.
El problema es que nadie te lo explica con claridad. Por eso, muchos dejan pasar la oportunidad.
Ejemplo rápido para aterrizarlo
Eres una pyme de 15 empleados. Cotizas cada mes, como todo hijo de vecino. Eso te genera un crédito que, con buena planificación, puedes usar para que cinco de tus comerciales hagan un curso de inglés aplicado a ventas. La formación se realiza, y luego descuentas su coste de los seguros sociales.
¿Resultado? Gente que negocia mejor, más ventas internacionales y una sensación generalizada de que "aquí se invierte en el equipo". Todo, sin desajustar tu contabilidad. Es como si alguien te dijera: “Lo que ya has pagado, útilizalo antes de que se esfume”. Pues eso.
Pero, ¡ojo! No es magia: hay que saber hacerlo
FUNDAE tiene reglas. Si no comunicas a tiempo, si el curso no está bien justificado, si usas una entidad formadora no homologada... te arriesgas a que te lo denieguen. O peor: que te pidan devolver el dinero.
Y no sería la primera vez que ocurre. Empresas que pensaban que todo estaba "bien" acaban teniendo que justificar formaciones a destiempo, con empleados que ni siquiera asistieron. Porque esto, aunque suene fácil, tiene letra pequeña.
Por eso, muchas empresas se apoyan en expertos. Nosotros, desde Languages4Life, llevamos años haciendo que esto funcione. Diagnóstico, diseño, comunicación con FUNDAE, impartición, justificación. De principio a fin. Con la experiencia de quien ya ha visto (y solucionado) todos los errores posibles.
Cursos que sí (y cursos que no)
- Sí: Inglés profesional para atención al cliente, francés para logística, alemán para ingeniería. Incluso español para trabajadores extranjeros. Todo lo que sirva para desempeñar mejor un puesto concreto, tiene sentido y encaja.
- No: "Inglés para viajar" si trabajas en un taller mecánico y no sales de la provincia. Tampoco cuela apuntar a toda la empresa a un curso genérico sin justificar la relación con el puesto. Eso salta a la vista, y puede traerte problemas.
La clave está en que la formación tenga relación con el puesto. Y que se justifique con cabeza. Porque FUNDAE no está para regalar clases de idiomas a capricho. Está para mejorar la competitividad real de los equipos.
Bonificar sin dolor (y con cabeza)
Una vez el curso se ha impartido y todo está en regla, el dinero se recupera vía bonificación en los seguros sociales. Sin burocracias eternas, sin papeleo asfixiante. Siempre que tengas una buena gestión, claro. Porque si no... ahí empiezan los sustos.
Lo bueno es que no tienes que hacerlo solo. En Languages4Life te acompañamos desde el minuto cero. Diseñamos contigo el plan, lo comunicamos a FUNDAE, lo impartimos y lo justificamos. Y tú ves resultados. En la gente. Y en la cuenta de resultados.
Conclusión para empresas con vista (y sin miedo)
Si estás dejando pasar tu crédito FUNDAE, estás perdiendo dinero. Pero, sobre todo, estás perdiendo oportunidades. De formar, de mejorar, de motivar. Y en tiempos como estos, no está el horno para despreciar recursos que ya estás pagando.
Y si lo que te frena es la pereza administrativa, para eso estamos nosotros. En Languages4Life te diseñamos un plan formativo a medida, te lo gestionamos todo, y conseguimos que tu equipo hable idiomas sin que a ti te suba la tensión.
Porque hoy, hablar idiomas ya no es una opción. Es la diferencia entre crecer o estancarse. Y la excusa del coste, gracias a FUNDAE, ya no cuela.
¡Pregúntanos cuánto crédito tienes disponible y arranquemos!




